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Mostrando las entradas de agosto, 2012

los colores vecinos

la bandera venezolana es amarilla, azulo y roja, este es un teatro que está al lado de mi casa.   Me parece curioso que hayan puesto esta escultura justo de estos colores, ayer unos ciclistas en el tren también tenían sus bicicletas pintadas de este color. Este es generalmente el campo de batalla de Nicolás, no vale de nada que todo esté ordenado.. . Últimamente a Nicolás le da por jugar en el parque y tenemos que salir obligatoriamente porque pega berridos, se pone frente a la puerta, la señala y exige salir. Yo tengo un poco de hastío de esta conducta suya porque no siempre me apetece salir corriendo e ir a ensuciarme con la arena en el parque. Un problema me asalta también: me da un poco de miedo o vergüenza que alguien me hable y yo no sepa que responder, supongo es el síndrome de todos los inmigrantes que vivimos en un país donde no se habla una lengua que tú sabes. Yo ya me voy a acostumbrando a manejar el estrés en este wonderland, el estrés linguístico, voy cad

Mis zapatos descalzos en el invierno

Tal vez no tenga mucha coherencia este título, en realidad, las contradicciones imposibles y las inverosimilitudes que creo nos tragamos todos los días diciendo amén son tantas que valga este título bien como una misa o como nuestra filosofía de vida. Siento un poco de pesar por el tiempo que perdí en mi juventud, no sé si esto lo siente todo el mundo (seguro que sí), pero hace unos cuantos años, desde que cumplí la maravillosa cifra de los 30, empecé a darme cuenta de todo el tiempo valioso que había malgastado malamente durante mi vida. Recordé con rabia a aquellas personas que me habían hecho perderlo, sintiendo unas ganas tremendas de coger un avión para zarandearles y darles bofetadas. No, ellos no tenían la culpa, me decía después,   la culpa la tenía yo misma que permitía situaciones de estupidez infinitas y las dejaba infiltrar en mi vida hasta un punto tan extremo, que finalmente, desde la perspectiva del recuerdo, solo me dejaban la amarga sensación de magia, sí, esa ma

Corrupción/ Mi país Venezuela

¿Por qué robas,  infeliz? Y no ves la inútil cadena que te enlaza a ti con el asco del mundo. La corrupción de un país como el mío, donde los presidentes son capaces de hacer un teatro del tamaño del cielo, y la vida se escuece, y personas que no han hecho nada, se ensartan y se revuelven en sus propias miserias, reclamándose cosas que no hicieron, pero la realidad es inapelable y la vida no la puedes redimir, la vida es rebelde con tu corazón, y te hace bajar la cabeza, siempre. Tú robas, ok, y entonces empieza una cadena infinita que no termina nunca, se enlaza, se revuelve y todo empieza a desmoronarse, a erocionarse. Las casas se rompen y ya nadie enseña a nadie, no es importante ser bueno, no es importante ahora pero sí lo era antes, antes de que robaras, de que tu ambición te llevara impávido por los caminos de la indiferencia hacia el prójimo. Entonces, de manera imperceptible (porque al robar, te rodeas entre muelles, fortalezas, escudos, almohadas y castillos de aire de

pausa

Finalmente me tomé una pausa del curso de alemán, tengo que volver a estudiar latín y leer un poco a Plauto y recordar que la gente que vivió casi 200 años antes de Cristo no es tan distinta a nosotros, en realidad, cuando leo libros de muchos siglos atrás confirmo aún más que nunca seremos distintos, porque, a menos que la teoría evolutiva nos haga ostenciblemente diferentes, tendremos los mismos corazones y pulmones, y sobre todo, los mismos egos de siempre. Intentar traducir a Plauto en latín es una tarea que se me antojaba antes, cuando estudiaba en la universidad, horrorosa. Veía aquello un fastidio y es cierto que los libros y las tareas que nos toca desempeñar dependen en mayor medida de la época en la que vivimos. Me gustaría hacer muchas cosas distintas a las que ahora hago, pero tengo tal vez la suerte de que me toca, por asuntos de unos exámenes de homologación en España, leer a Plauto, quien seguramente no se llamaba Plauto, porque lo único que significa Plauto en latín s