Ir al contenido principal

Baterbly el escribiente (escribo sin enmiendas)

Hace unos días leí ese cuento de Melville, tan kafkiano, Baterbly el escribiente. En un principio no tenía muchas expectativas de terminarlo, lo había visto de reojo en una edición de textos paralelos que sacó la editorial Turner, la edición en cuestión la compré el año pasado, en aquella tarde lluviosa en Madrid, en la cual yo en medio de mi tesis, en mi punto más álgido de conclusiones sobre la novela "La nieve del almirante" de Álvaro Mutis, decidí ir a pesar del torrencial aguacero a la Casa de América a ver al autor que daría una conferencia rarísima a sus respetables 85 años. Emocionada me presento con los libros, deseosa de ver a Mutis estampar su firma en ellos (si aquello era posible) y cuando asomo la cabeza por el recinto, veo que no había movimiento de ninguna cosa. Entonces doy la vuelta, vuelvo a dar la vuelta a la casa y me decido a preguntar con verguenza de parecer tan tonta y entonces voy a la taquilla y la de la taquilla me dice que no va a venir Alvaro Mutis por la gripe porcina.

Y entonces yo me voy con el aguacero a la feria del libro del frente y recorro los anaqueles y no distingo a los libreros, todos me parecen iguales y entonces no compro nada, en un principio aunque lo quiero comprar todo en el fondo, y entonces miro, y miro, y encuentro dos ejemplares que tienen un título y dos pinturas muy bonitas cuyos pintores no sé quiénes son y veo que están en su idioma original y con sus respetables traducciones paralelas y entonces me siento con ganas de comprar los dos libros porque recuerdo que tengo que aprender a hablar inglés (algún día).

Me llevo los dos libros, empiezo a jugar con Rául en el autobús y con agradable sorpresa en ese momento entiendo el cuento de Mark Twain y lo dejo todo así porque tengo que hacer la tesis, y dejo los libros en España porque me voy a Venezuela y cuando vuelvo los sigo dejando así, encima de mi refrigerador, sin inmutarse hasta que hace dos semanas decido leerlos a propósito de que me he puesto a aprender inglés y a enseñarle español a un chico de Florida. Entonces leo Baterblay el escribiente y mi ignorancia no me dice nada, porque nunca había escuchado ese cuento hasta ahora. No creo que sea de Melville, pero sé que es Melville y sigo leyendo y me adentro en una historia que parece absurda pero es cotidiana en el fondo , un abogado, abrumado por el exceso de trabajo decide contratar a un copista extra. Tiene ya dos que le dan ligeros problemas, pero al ser buenos trabajadores perdona sus excentricidades. El tercer copista es Baterbly un tipo gris e inocuo hasta la desesperación. Pasados los días el abogado requiere a Baterbly para la revisión de una copia y Baterbly se niega diciendo que prefiere no hacerlo. Su respuesta callada, contundente y subversiva se repite cada vez con más frecuencia hasta que llega el punto en que Baterbly se niega sencillamente a hacer cualquier cosa. El jefe, desesperado, descubre en medio de el enigma que para él representa Baterbly que este ha estado viviendo en su oficina durante todo el tiempo en el cual ha prestado servicios a la oficina.
Pasado el tiempo, la situación de inutilidad de Baterbly le llevan al abogado a despedirlo, y , en consecuencia a echarlo de las oficinas, primero amablemente y luego por la fuerza. Baterbly sin inmutarle le dice sencillamente "Que prefiere no hacerlo". El abogado decide cambiarse de oficina y Baterbly se queda en las antiguas oficinas que antaño ocupara el abogado, como un fantasma en pena. Los nuevos inquilinos echan a Baterbly a la fuerza y lo llevan a la cácel donde muere.


El abogado, en afán de revelar el enigma real del libro, que es la identidad de Baterbly, solo averigua una vaga información, su relación al antiguo trabajo en la sección de cartas muertas. El cuento termina y te quedas esperando aunque en realidad su final sin mayores certezas te deja la sensación de haber leído un cuento fantasmagórico como el mismo Baterbly. Si Baterbly viviera ahora sería entonces un informático que manipula los archivos de correo de los muertos. Entonces, pensé en un chico con quien yo salía cuando era adolescente, que estaba enamorado de mí pero yo no de él. Lo primero que hizo fue darme su correo, me dijo que le escribiera que el siempre lo revisaba, era una de esas personas que tenía internet en su casa. Yo no me acuerdo si llegué a escribirle. Unos años después me enteré que había muerto ahogado en una playa. Recordé en ese momento que le gustaba el jazz y que yo tenía su correo, un correo que jamás sería revisado por nadie más o quién sabe, por Baterbly, quizás.

Comentarios

Winnie dijo…
Lo leí hace unos años y recuerdo que me impresionó mucho. besos
Dante Bertini dijo…
podría decirse de él: un pequeño gran libro.
Saludos y feliz semana
zancudo dijo…
Aùn no he detenido mis ojos por majestuosa historia pero de seguro que ya con tu entrada me generas inquietud. Abrazos del Zancudo.
Anónimo dijo…
Mari, qué gusto leerte. Me entretiene tu escritura, directa, sencilla y que produce intriga. Muy misteriosa el cuento que comentas, y me encanta cómo lo relacionas con tu propia experiencia. Y es que en el fondo, esa es la razón por la que seguimos leyendo, para entendernos más a nosotros mismos, aunque suene cliché. Leyendo nos descubrimos, rememoramos y nos conectamos; por eso yo te leo, silencioso y anónimo, como una forma de conectarme más con tu mundo.
Tu amigo, que ya sabrás quién.

Javi
Unknown dijo…
Qué hermoso lo que has escrito, el texto es mi primera versión, por eso es un poco oral. Hace años escribía más enrevesadamente, con el tiempo y las edades añadidas he comprendido que es mejor volver a la sencillez, en el fondo la vida es sencilla,y tenemos que buscar esa simplicidad, al menos si queremos respirar aire puro.

Besos y te quiero mucho.
Ynés María dijo…
Hola, Mari bella... Aquí leyéndote para estar cerquita de tí. Te quiero mucho. Dios te bendiga....
PD: Nunca supe de ese novio de la adolescencia... Algún día me cuentas. Cuídate, linda...
Anónimo dijo…
Hola¡
Permiteme presentarme soy Ana administradora de un directorio de blogs y webs, visité tu página y está genial, me encantaría contar con tu blog en mi sitio web y así mis visitas puedan visitarlo tambien.
Si estas de acuerdo no dudes en escribirme, anacect@gmail.com
Exitos con tu página.
Saludos
Ana
Personalmente me gusto desde un principio, creo que disfrute mucho en leerlo.
Pagina Web dijo…
Excelente articulo
Saludos

Entradas más populares de este blog

Normal

Me he estado preguntando últimamente qué es realmente ser normal. La campana de Gauss no pudo explicarme. Si yo soy normal (esto es un ejemplo) no puedo ser pureza normal porque ser pureza normal es estar metida en la barriga de la campana en todas las variables posibles que pueden definirme, entonces dudo que yo sea normal (esto es parte del mismo ejemplo). La normalidad, según mi humilde criterio, va de la mano del aburrimiento y el aburrimiento es lo más gris, uniforme y castigador que hay. Prefiero entonces no ser normal absolutamente; sin embargo, si tuviera que esperar a alguien que me haga compañía preferiría que lo fuera. La normalidad es predictiva, y en el fondo, aunque nos cueste aceptarlo, a nosotros, sí, también a mí (y aquí soy normal) no nos gusta sobresaltarnos con cosas anormales. Las cosas anormales causan incertidumbre y la incertidumbre continuada es una desdicha (al menos para la gente normal en este tema). Lo anormal tiene algo de divertido, desastroso y siniest

Mi crítica : "El guardián invisible" de Dolores Redondo

  No sé por dónde empezar; este libro ha sido la absoluta decepción del año junto con "Persona Normal" de Benito Taibo. Mi malestar empezó con los diálogos... Llegado un momento de la trama uno de los inspectores que hacen el séquito a la inspectora Salazar se lanza con una exposición de cita de libro sobre las leyendas vascas y sus criaturas ancestrales. La exposición, ausente de cohesión con el ritmo anterior de los diálogos, se me antojó un corte y pega de Wikipedia difícilmente catalogable ; penoso para ser este un libro leído y celebrado por tanta gente. Lo voy a decir y lo siento por los fans acérrimos de Dolores Redondo: Los diálogos son acartonados, impostados, manidos, faltos de fuerza y vivacidad, en algunos momentos me parecen absolutamente naivs propios de una parodia de lo que debe ser un libro policíaco, con búsqueda de asesino incluido. Pongo un ejemplo, por favor, para continuar con mi indignación; llegado el momento la inspectora sale a buscar a unos doctores

"El misterio de Salem's Lot"

  Amo los libros de terror, no los leo en la noche con la puerta entreabierta, con todo en silencio, me imagino que viene un ser horrible con ojos de muerto y se para en silencio en la puerta y yo me paralizo y no puedo ni gritar ni hablar del miedo, pero es lo que busco, qué le vamos a hacer. Este libro tiene como protagonista a Ben Mears, un escritor en sus 30 que por circunstancias de la vida había pasado una temporada en Jerusalem´s Lot cuando era niño. El caso es que Ben vuelve al pueblo tras una tragedia personal para escribir y recordar las experiencias de ese intenso verano en el que vivió un encuentro sobrenatural en la casa de los Marsten. Aquella casa abandonada había pertenecido a la familia Marsten, una pareja fallecida en espeluznantes circunstancias. Después de aquello, la casa fue ganando la fama de maldita y los niños hacían apuestas de valor a ver quién se atrevía a entrar y superar las posibles apariciones fantasmales que se encontraban dentro.  Ben de niño  lo hizo