En este país, donde la vida no vale nada y no son exageraciones ni planes imperialistas, me ha dado por dormir. La calle se ha hecho un lugar inhóspito, abominable y siniestro. No digo que no haya momentos fulgurantes y maravillosos ambientes que hagan creer (a cualquier humano que los habite ) estar en un paraíso terrenal.
Reflexionar sobre el creciente deterioro del país es una tarea que se antoja aburrida por lo inútil. Ni una sola persona puede hacer mucho, ni mucho menos puede haber una recuperación que eche atrás todos estas décadas de ligereza ¿Somos infortunados?
No sé. En este país el miedo es el rey. Yo no quiero sentir miedo, pero lo siento. Y es bueno que sea así, el miedo protege y aquí necesitamos protegernos porque nunca pasa nada con las injusticias.
Cada día que paso en Venezuela disfruto del sol y de la sensación de estar en esta maravillosa tierra cuyos habitantes se creen ricos, pero en realidad son pobres, muy pobres y oprimidos. A veces, el optimismo y la pretención son fatales para quien desde abajo, no entiende que debe superarse.
Reflexionar sobre el creciente deterioro del país es una tarea que se antoja aburrida por lo inútil. Ni una sola persona puede hacer mucho, ni mucho menos puede haber una recuperación que eche atrás todos estas décadas de ligereza ¿Somos infortunados?
No sé. En este país el miedo es el rey. Yo no quiero sentir miedo, pero lo siento. Y es bueno que sea así, el miedo protege y aquí necesitamos protegernos porque nunca pasa nada con las injusticias.
Cada día que paso en Venezuela disfruto del sol y de la sensación de estar en esta maravillosa tierra cuyos habitantes se creen ricos, pero en realidad son pobres, muy pobres y oprimidos. A veces, el optimismo y la pretención son fatales para quien desde abajo, no entiende que debe superarse.
Comentarios
Cuídate. Cuando yo era pequeño mi madre decía: el miedo no es tonto.
Los disfraces sucumben ante los números. Pero hay que tener los veraderos, tal vez esa manipulación más peligrosa. Transforma la realidad al aportar datos (números) falsos.
Lamentablemente nadie camina por las calles en la Cumaná del 2009. En las calles de Puerto la Cruz, en algunas zonas de Caracas (En todo el país, vamos).
La gente sabe que es peligroso, lo dicen los números, la realidad cotidiana, los secuestros y asesinatos de amigos. El ver cómo el tránsito de la realidad se transforma, y, cómo la violencia se apodera del discurso cotidiano de los ciudadanos.